domingo, 27 de enero de 2008

Filosofía

Un profesor de filosofía estaba frente a la clase con algunas cosas encima de la mesa. Cuando la clase empezó, silenciosamente cogió un frasco de mayonesa vacío y empezó a llenarlo de piedras de unos seis-siete centímetros de diámetro. Después de hacer esto, el profesor preguntó a la clase si el frasco estaba lleno. La clase en pleno contesto que sí.

Entonces el profesor cogió piedras más pequeñas y las metió también en el frasco. Después de meter unas cuantas, agitó el frasco ligeramente. Las piedrecitas, por supuesto, se colaron entre los espacios que las piedras más grandes habían dejado, llenando los espacios vacíos. Después de hacer esto, el profesor volvió a preguntar si el frasco estaba lleno, a lo que la clase volvió a responder que si. Los estudiantes se rieron.

El profesor entonces cogió una caja de arena y lo echo en el frasco. Por supuesto la arena ocupo el espacio que seguía estando vacio. "Ahora", dijo el profesor, "quiero que vosotros veáis en esto vuestra vida. Las rocas grandes son las cosas realmente importantes como la familia, la pareja, la salud, los hijos. Cosas que si todo lo demás se pierde y sólo esas se quedan, vuestra vida estaría todavía llena. Las chinas o piedras más pequeñas son las otras cosas que importan como el trabajo, la casa, el coche. La arena es todo lo demás. Las cosas sin importancia. Si ponéis la arena en el frasco lo primero de todo, entonces no tendréis espacio ni para chinas ni para piedras. Lo mismo se puede aplicar a vuestra vida. Si malgastáis vuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, nunca tendréis sitio para las cosas que realmente son importantes. Prestad atención a las cosas que son esenciales para vuestra felicidad. Jugad con vuestros hijos, tomaros tiempo para ir a haceros un chequeo medico, llevad a vuestra pareja a bailar. Siempre habrá tiempo para el trabajo, para limpiar la casa o arreglar un electrodoméstico... Cuidad de las piedras grandes primero, que son las cosas que realmente importan. Poned claras vuestras prioridades. Lo demás es tan solo arena."

Los estudiantes aplaudieron el brillante discurso del profesor. Pero entonces...
Un estudiante cogió el frasco y procedió a verter un vaso de cerveza en él. Por supuesto la cerveza relleno los espacios que todavía quedaban vacíos, haciendo que el frasco estuviera ya completamente lleno.

MORALEJA:

"No importa como de llena esté tu vida, siempre hay sitio para una cerveza"


Que esta pequeña historia os sirva de inspiración. Aplicadla.

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