lunes, 26 de marzo de 2012

Cosas que sabes gracias a la publicidad

La publicidad, esa cosa que es interrumpida por los programas en las distintas televisiones privadas, siempre nos ha enseñado muchas cosas.

Gracias a ella, todos sabemos que, por ejemplo, Carmen Machi caga divinamente y tiene cogida la hora como si fuera un reloj suizo. Gracias a la publicidad todos sabemos que hay señoras que tienen su casa comida de mierda, especialmente el cuarto de baño, y que lo más parecido que han visto los azulejos a un estropajo y un bote de lejía es el catálogo de la Semana Fantástica que se lleva al váter para soltar el ñordazo (gracias a los yogures), y poder presumir de que en su casa se lee mucho. Menos mal que hay productos que con sólo una pasada transforman una pocilga nauseabunda en una suite del Hilton.

Gracias a la publicidad sabemos que hay asesinos en serie que se dedican a componer música para anuncios de compresas, la cual se te queda tatuada en el cerebro, asesino al cual matarías lentamente por daños psicológicos irreversibles. Pero eso sí, con mucho frescoooooooooorr. Gracias a la publicidad sabemos que puedes llamar a varios matones vestidos de negro para hacer desaparecer a tu marido si éste no es capaz de poner bien una lavadora, para jolgorio de un grupo de mujeres que grita cosas en alemán con el brazo derecho levantado y la palma de la mano abierta.

Gracias a la publicidad sabemos que el mundo se va al carajo irremediablemente. Sobre todo cuando uno ve a un ex-ministro de Cultura anunciando pan de molde.

El caso más reciente es el de una crema "para el picor vaginal". Sobran las palabras:

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