miércoles, 6 de junio de 2007

La etiqueta

El verano del 2006 pasará a la historia por muchas cosas. Mientras Italia ganaba su cuarto mundial de fútbol, o Rocío Jurado se marchaba para no volver, el universo chirmarraco se quedaba con la cara descolgada como una puerta vieja al saber que el chismarraco por antonomasia, Tito Pelu, se marchaba durante un tiempo a tierras británicas a probar fortuna, aludiendo que tenía menos dinero que el que se está bañando.
Bien empezaron las cosas para el visueño, puesto que en sus primeros meses su bolsillo se llenó de libras más que el de Doraemon de tonterías, y todo gracias a su destreza para lavar platos. Sin embargo, ciertas desavenencias con sus jefes, en las que hasta las amenazas hicieron acto de presencia, hicieron que Tito Pelu echara tanto el Viso de menos como el Cámara a los autobuses la semana en la que TUSSAM decidió hacer huelga.
Pasaban los días, y Tito Pelu, con los dedos más arrugados que la bota de una coja, veía el Viso tan lejos como el Cámara a Plaza de Armas con 40 grados a la sombra, ¡cuando las ranas van con cantimplora! Pero un buen día, Tito Pelu decidió ponerle fin a su aventura en las islas, y le puso fecha: El 4 de enero. Llegó el día, y el Viso del Alcor le hizo los respectivos honores a su llegada, con disfraces de conejo, y con Félix el gato y Rafa el gorila como maestros de ceremonia.
Sin embargo, sus compañeros de facultad tampoco fueron ajenos a su llegada, y decidieron festejar tal acontecimiento con un regalo.
Tras estrujarse los sesos, reventarse las neuronas, y sopesar qué podía hacer cálida la llegada del Pelu, se optó por un bote de lejía, con el fin de que, si algún día tenía que marchar de nuevo allende las fronteras hispanas para fregar platos, nos recordase en la etiqueta.
Y no quiero dejar pasar la oportunidad de mostrar esa etiqueta que en su día tan bien le quedó a Spider, su autor, puesto que en la cena en la que se la entregamos no estábamos todos los que somos. Eso sí, mientras la contempléis deberéis tararear, mientras os ponéis las manos en los huevos, esa cancioncilla que dice así: "Tito Pelu, Tito Pelu, en gol norte lo verás, con su bufanda y sus petardos, en el Ramón Sánchez Pizjuán".
Que lo disfrutéis.

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